CEIP "El Paseo"

El rey de un próspero reino llama un día a sus tres hijas y les dice que describan cuánto lo quieren.

 La mayor de todas le dice: “yo padre mío, te quiero más que todo el oro del mundo“, el rey muy orgulloso le dice: “muy bien hija mía yo a ti también te quiero mucho”.

 Luego llama a la segunda hija y le pregunta: “¿tú cuánto me quieres?” y la segunda hija le responde: “Yo padre mío, te quiero más que todas las piedras preciosa del mundo“. El rey queda muy complacido y le dice a su hija que él también la quiere mucho.

Luego llama a la hija menor y le pregunta: “¿y tú cuánto me quieres?” La hija menor le responde: “Yo padre mío, te quiero más que la sal”. El rey empieza a reír y le dice que es una buena broma y que ahora sí le diga cuánto lo quiere. La hija responde: “Padre mío yo en realidad te quiero más que la sal”. El rey se pone muy molesto y le dice: “La sal, la sal que nadie quiere, la sal que está en todas las mesas y que a nadie le importa.” La hija menor le quiere responder y el rey no la deja y empieza a gritar. Vete, vete de aquí si me quieres de esa forma y no regreses hasta que la sal no sea más importante que el oro y las piedras preciosas.

La hija se fue muy triste sin haber logrado explicar a su padre por qué ella lo quería más que la sal. Se fue a vivir al bosque donde encontró una viejecita con la cual vivió.

Al poco tiempo comenzó a faltar la sal en el reino. En un principio el cocinero hacia tortas, pasteles y otras comidas dulces, el rey quedaba satisfecho con esta comida. Más tarde el rey ya cansado de comer comida dulce pedía carnes y otros tipos de comida, pero ninguna le gustaba al no tener sal. El rey mandó a sus soldados a buscar sal en las casas de sus súbditos pero la sal faltaba en todo el reino. Mandó comprar sal de los reinos vecinos, pero al entrar en los límites del reino ésta se convertía en arena. El rey ofrecía una fortuna por la sal, pero nadie era capaz de dársela. Entonces se acordó de su hija y fue a buscarla al bosque y aquí muy agradecido le pidió perdón y le pidió que regresara que ahora ya la entendía. Junto con la princesa regresó al reino LA SAL.